Alvaro, chico, te luciste.
No por esa muela con que nos saliste ayer a gaguear sobre tu rollo con Hugo. A ese verbo incoherente le caemos luego. Te luciste con la creación de una nueva modalidad de la comunicación a la que mentaste "la verdad con testigos".
Academias, próstrense ante la nueva verdad. Habló Álvaro, lúcido prócer de la turbia guerra entre "los colombianos de bién" y "los tipos", esos malucos paisanos tuyos a los que no les quieres reconocer el carácter beligerante.
Claro, dirás, esos "tipos" mataron a papi. Les tienes una arrechera personal. ¿No te parece que ese precedente te excluye de cualquier juicio en este tema por el concepto de conflicto de intereses?
No, paisa, no me salgas con la excusa de que este es un rollo colombiano. Déjale esas expresiones a Aznar, que dice que el problema de Haití es una merienda de negros. Que es de consumo interno. Que "esos se jodieron".
Echemos un vistazo al futuro hipotético que te esforzaste en impedir.
El intercambio de rehenes y presos era obviamente el primer peldaño en la entrada formal de las FARC a la palestra política colombiana en un escenario de menor conflictividad y por ende de mayor debate y confrontación de IDEAS. Primer peligro para la derecha, en un continente que está pariendo una visión socialista y anticolonialista alineada con los ideales por los que murieron sus próceres.
Además, si las FARC empiezan a participar realmente en la política y se procede a la pacificación, se te cae la excusa para mantener dentro del país a la patota de bandoleros y mercenarios gringos que hoy"cuidan" a Colombia.... y garantizan el tránsito fluido de cocaina y heroina hacia las metrópolis USAmericanas en aeronaves oficiales mientras se encargan de vigilar a paises díscolos como Ecuador, Bolivia y Venezuela.
Ni hablar del ejército y los demás mecanismos paraestatales que encuentran en el filón de la guerrilla una justificación para su presupuesto y para controlar al país aterrorizando a la ciudadanía, y que se lucran con empresas de protección que institucionalizan la tristemente célebre "vacuna".
Ni hablar de las amenazas al tratado de libre comercio con los USA, que debería confrontar la oposición de un país en el cual el campesinado empezara a tener voz.
Fíjate que se perfilaba la posibilidad de saber realmente qué persiguen las FARC.
No nos sigas con el cuento que esos "tipos" sólo hacen negocios con la sangre colombiana: déjanos oír a todos qué es lo que ellos tienen que decir. Cincuenta años de guerra civil y de resistencia deben tener una explicación más convincente.
No nos sigas diciendo que Chávez falló al no tratarlos como terroristas: pídele primero a Bush que trate a Posada Carriles como lo que es. O que medie él en la liberación de rehenes y presos.
Así que optaste por seguir haciendo lo que te imponen: convertir a Colombia en otro Israel. Cueste la sangre que cueste. O en otro Afganistán, que no es muy diferente: un seguro suministro de opio y un pivote de control regional de los USA.
La verdad, Álvaro, es más verraca que esa perorata que nos lanzaste ayer. Si pretendías lavar tu honor con ese discurso incoherente, te cuento que no lo has logrado. Si pretendías enturbiar las relaciones entre nuestros países, te cuento que NUNCA lograrás separar a los pueblos, toda esta latinoamérica unida que no necesita de intermediarios como tú para comunicarse y quererse. Si pretendías hacerle un favor a la derecha venezolana en vísperas del referéndum sobre la reforma constitucional, lograste lo contrario: no tenías argumentos para distraer de su vista que este esfuerzo de Chávez era bien recibido aún en la oposición.
Recuerda: si no le permites a las bases populares expresarse en la palestra política, su única alternativa es la violencia. ¿Cómo ha de sentirse la ciudadanía ahora que por tu capricho (corrijo: no es TU capricho, sino el de los que mandan, es decir, la oligarquía y los gorilas militares que la cuidan) se le cierra, OTRA VEZ, el camino hacia la paz? ¿Cómo se sentirán los familiares de rehenes y presos?
Lo que pase en Colombia nos afecta a todos. A nosotros que somos vecinos y hermanos; a los USAmericanos en South-Central Los Angeles y otras barriadas metropolitanas marginalizadas por el tráfico y consumo de estupefacientes; al mundo obligado a calarse diariamente la dosis de violencia institucionalizada, venga de donde venga, que los medios corporativos le suministran masivamente para asegurar la permanencia del estado de paranoia colectiva con el que nubla sus decisiones diarias para que les resulte aceptable la construcción de muros, tanto los reales como los sicológicos, para mantenernos a nosotros "afuera".
Esa es la verdad con testículos, aquella en la que podías ser un colombiano verraco de veras y no otro pelele más paseándose por Nariño.
lunes, 26 de noviembre de 2007
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2 comentarios:
Estoy seguro de que no sos colombiano, como todos los que critican al gobierno y apoyan a las Farc.
Podés decir lo que quieras y seguir esta boludeces de la guerrilla, la revolución, etc... pero no podés tratar de asentar como verdad una serie de estupideces como la que escribiste. Pensá que si tiene apoyo de la población, por algo es. Yo creo que ellos deben conocer más que vos acerca de lo que pasa en su país, lo que hacen las Farc, etc... o me equivoco?
Cordiales saludos.
No, no soy colombiano (los buenos) ni USraelombiano (los malos), pero si un conflicto civil que se prolonga por más de cincuenta años sigue tan vivo es porque algo debe mover espiritualmente a las FARC.
Probablemente sea algo relacionado con promover una agricultura de sustento y unos ideales bolivarianos de unión latinoamericana en contra de la industrialización del narconegocio y de la violencia que pretende controlar via Plan Colombia el suministro seguro de cocaina y heroina a los USAmericanos para que estos se alejen de la realidad de un imperio que se cae de podrido.
¿Sabes qué pasó cuando las FARC se lanzaron a la palestra política? Los gorilas de la derecha les mataron a MILES de líderes. Todavía hoy USraelombia es el país menos seguro para los líderes sociales y los sindicalistas: lo dice nada más y nada menos que Alvaro Uribe Vélez, porque no hay manera de ocultar semejante barbarie. Así que las decisiones electorales que allá se toman tienen mucho de miedo y terror como guía.
Franco Munini.
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