domingo, 14 de octubre de 2012

EL SINDROME FRAUDIANO.


Nota: Escribí este artículo pocos días después del referéndum convocado por la oposición el 15 de agosto del 2004 para revocar el mandato presidencial de Chávez y cuyos resultados lo ratificaron indiscutiblemente en el cargo con el apoyo de la mayoría del pueblo venezolano. Los opositores, nariceados adrede por sus líderes a dar por inevitable la victoria de su propuesta para sacar a Hugo del gobierno, no estaban preparados para semejante derrota. Ese era el plan "B" de los reaccionarios: la esperanza de un estallido violento de descontento escuálido que degenerara en el caos. No les funcionó, y encima les dejaron el descontento.
La similitud con lo que pasó el 7 de octubre 2012 no es coincidencia.


EL SINDROME FRAUDIANO.    27agosto2004.



Los Palos Grandes en estado de shock. Altamira, La Castellana, El Marqués, Las Mercedes mudas de estupor. Así también La Tahona, Alto Prado, Cumbres de Curumo. Desde La Urbina hasta Chacaito, desde Chuao hasta Macaracuay, sobre esa Caracas neorica y sifrina fluctúa lúgubre un espíritu fantasmal; ánimas en pena, sombras y cascajos vacíos buscan consuelo en compañía de afligidos vecinos, cómo pudieron atreverse a hacernos algo así, mascullan, nos vendieron, después de todo lo que hicimos, nos robaron la esperanza, ahora qué hacemos,...luego los arranques iracundos, las exclamaciones atorrantes, la búsqueda del culpable, el chivo expiatorio sobre quien proyectar su rabia en venganza por la afrenta sufrida, por la ilusión mediática perdida.

Y, nunca lejos, un televisor, un periódico desde donde la frustración les es nuevamente inyectada con retorcidas elucubraciones sobre como el NO es SI y lo blanco negro, lo justo es negado y el cretino de turno profiere vanas amenazas sobre las cenizas del hecho consumado, esa maldita e irrefutable realidad que ratifica que ese zambo castrocomunista y sus hordas de niches ganaron.

¡Mentira!, exclama furibunda la sociedad civil. Las cacerolas reciben renovado castigo...nada. Un reconocido chavista profana el sacro territorio: carreras tumultuosas para drenar sobre el subhumano el odio y la frustración acumulados tras años de tortura mediática, pero aún así no se altera la verdad, a pesar de las contradicciones de noticieros que con piruetas neo-goebbelianas tratan de mantener viva una rebeldía que increíblemente no es percibida en su bochornosa, apoteósica y aberrante ridiculez.

Los opinadores de oficio descuartizan reputaciones sin miramientos, elaborando sobre las oscuras motivaciones que mutaron a los que antes eran íconos de moral salvadora en seres despreciables e indignos de respeto por el solo hecho de avalar lo que la democracia, los números, los hechos, las comprobaciones y auditorias indican ser la contundente realidad: Chávez se queda.

Momento propicio para los sicólogos sociales, los estudiosos de la comunicación y la propaganda, los investigadores de la nueva era de la guerra, esa que se libra dentro de lo más íntimo del ser humano: su conciencia. Venezuela es conejillo de indias para un perverso experimento de manipulación colectiva que utiliza una poderosa infraestructura comunicacional para inocular selectivamente mensajes y contenidos a una población inerme y adicta con el fin de producir respuestas conductuales específicas: la experiencia acumulada por los mercenarios de las ciencias sociales y la mercadotecnia está ensayando con nosotros sus elaboradas toxinas subliminales al servicio de la fría maquinaria del gran capital.

El síndrome del fraude es uno más de sus éxitos: duele constatar que personas con dos dedos de frente, con estudios, con amplios recursos intelectuales y culturales se dejen arrear en contra de la lógica a subvertir la paz ciudadana, renunciando a la tranquilidad sicológica de la aceptación razonada de la realidad para convertirse en el hazmerreír internacional; duele percibir la atmósfera conspirativa a la que convocan las asambleas vecinales para cocinar la tesis que altere la regla democrática con subterfugios plagados de imbecilidad jurídica; duele oír todavía expresiones de intolerancia, fascismo y segregación que creíamos enterradas en el cofre de la historia.

Sobre todo, duele que un esfuerzo colectivo de paz tan ejemplar no produzca el esperado efecto de enterrar el hacha de guerra, con lo que se prolonga la agonía del parto del proceso revolucionario venezolano, tan necesitado de una oposición seria y responsable, síquicamente equilibrada para compartir la tarea de construir un futuro mejor para todos.

Ing. Franco Munini.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Elecciones en Venezuela: Por qué la Corriente Marxista Internacional apoya a Chávez

Escrito por Alan Woods
Miércoles 26 de Septiembre de 2012 

Fuente:
http://www.luchadeclases.org/internacional/america-latina/venezuela/1035-por-que-cmi-apoya-chavez.html

La elección presidencial del 7 de octubre representa un momento decisivo en la historia de Venezuela. El resultado de estas elecciones tendrá un gran impacto en todo el continente americano e internacionalmente. No hace falta decir que la Campaña Manos Fuera Venezuela está apoyando activamente al candidato bolivariano Hugo Chávez, y luchando contra cualquier intento de la oligarquía y del imperialismo para sabotear las elecciones. La CMI defiende firmemente la reelección de Hugo Chávez ¿Por qué hemos tomado esta posición?

La victoria de Hugo Chávez en 1998 representó un avance histórico para los obreros y campesinos de Venezuela. Según la Comisión Económica de la ONU para América Latina (CEPAL) hubo una reducción del 21 por ciento de la tasa de pobreza entre 1999 y 2010. El analfabetismo ha sido abolido. Por primera vez, se ha proporcionado atención médica gratuita a los pobres.

Todos estos logros se verían amenazados con una victoria de la oposición. Es el deber elemental de todo revolucionario genuino defender estos logros. El que no es capaz de defender las conquistas del pasado, nunca será capaz de avanzar hasta la victoria final.
La afirmación de la oposición de que no van a revertir las reformas de Chávez no es de fiar. Tomemos un solo ejemplo: la vivienda. La Misión Vivienda ha construido miles de viviendas para los pobres. En mayo, el ministro de Información, Andrés Izarra, anunció que el programa estaba en el camino de conseguir el objetivo de 200.000 unidades fabricadas desde su inicio en 2011. La firma encuestadora Hinterlaces indica que, con un índice de aprobación del 76 por ciento, la Misión Vivienda es el programa social más popular del gobierno. Sin embargo, la coalición opositora MUD llama a la Misión Vivienda "un fraude y un fracaso" y critica al gobierno por la expropiación de tierras para construir viviendas.
Cuando Capriles ganó la gobernación del Estado Miranda en 2008, desató sus seguidores contra los médicos cubanos que participan en los programas de salud de la revolución, y trató de cerrar de manera generalizada los distintos programas sociales, expulsarlos de los establecimientos pertenecientes a la gubernatura, etc. Sólo la movilización activa del pueblo en las calles logró defender las conquistas de la revolución.
La nueva Ley del Trabajo recientemente aprobada redujo la semana laboral de 44 a 40 horas; y la licencia maternal pre-y post-natal, con salario garantizado, se ha aumentado de 18 a 26 semanas. Al salir de una empresa, por la razón que sea, los trabajadores recibirán un pago en base a su último salario mensual multiplicado por el número de años de servicio - una demanda sindical importante. Esto ocurre en un momento en que en Europa, todos los gobiernos están empeorando las condiciones laborales de los trabajadores.
Capriles ha atacado la ley sobre la base de que "no hace nada para combatir el desempleo ni para beneficiar a los que tienen empleos ocasionales no protegidos". Eso significa que estas reformas serían abolidas por la oposición.
Pero no se trata sólo de defender las conquistas de los últimos 13 años, de la preservación de las reformas, los avances en salud y educación, las misiones y otros programas en beneficio de los trabajadores y de los pobres. Es, sobre todo, la necesidad de derrotar a la contrarrevolución burguesa y así preparar el camino para un avance decisivo de la Revolución, que aún no ha logrado sus objetivos fundamentales.
La oposición dice que está defendiendo la "democracia" contra la "dictadura". Pero esta misma oposición estuvo detrás del fallido golpe de Estado de 2002. Si hubieran tenido éxito entonces, habría sido el fin de la democracia en Venezuela. El ejemplo de Chile muestra el destino que le habría esperado. Capriles mismo, como alcalde del distrito caraqueño de Baruta, participó en el intento de asaltar la embajada cubana durante el golpe de abril de 2002, en flagrante violación de su estatuto diplomático.
La oposición burguesa demostró su desprecio por la democracia y por las elecciones cuando decidió boicotear las elecciones nacionales de 2005. Ahora, sin embargo, los líderes de la oposición están mostrando un entusiasmo sorprendente por la "defensa" de la Constitución de 1999 - a la que siempre se han opuesto con uñas y dientes pese a que fue aprobada por una abrumadora mayoría en un referéndum popular.
Nadie puede poner la más mínima confianza en las credenciales democráticas de la oposición.

Lo que defiende la oposición

La oposición dice representar a las clases medias. Pero eso es mentira. La oposición representa los intereses de la oligarquía - los grandes terratenientes, banqueros y capitalistas. Está completamente subordinada a los imperialistas y a las grandes compañías petroleras que dominaron y saquearon Venezuela durante generaciones.
Los ricos odian a Chávez, porque lo identifican con la eliminación de la propiedad privada. Ellos están motivados por el resentimiento de clase hacia los pobres, que, después de generaciones de abandono, se han beneficiado de los programas progresistas del gobierno. La oposición no es el representante de la clase media, sino su explotador político.
El candidato de la oposición, Henrique Capriles Radonski, se llama a sí mismo un reformista. Él afirma que no defiende ningún tipo de ideología. Hemos escuchado esta historia muchas veces: "Yo soy apolítico; es decir, soy de derecha". Pero basta con echar un vistazo al partido al que pertenece este político "no ideológico", para comprender de inmediato la situación real.
Capriles afirma ser "progresista". Dice que no repetirá las "políticas erróneas" del período anterior a 1998 en Venezuela. Pero los partidos que respaldan su candidatura fueron los responsables de estas políticas, que no eran para nada "errores", sino la expresión directa de los intereses de la camarilla de super-ricos que gobernaba el país.
Pero las masas no son ingenuas. Ellas no se dejan engañar por la demagogia de Capriles. Ven que detrás de su máscara sonriente se oculta la fisonomía fea de la oligarquía, que, si vuelve al poder, los pisoteará.
Capriles pertenece al Movimiento Primero Justicia (MPJ), un partido burgués de derecha que representa a la "empresa privada" y se opone a la intervención del Estado en la vida económica. Esto es irónico en una época en que la llamada "libre empresa" ha quedado en evidencia como un fraude gigantesco a una escala global.
¿No sabe el Señor Capriles que el sistema capitalista está en una crisis profunda en todas partes? Cuando los bancos privados de los EE.UU. se derrumbaron en 2008, ¿qué hicieron? ¿Se limitaron a cantar las alabanzas de la "empresa privada"? No, salieron corriendo hacia el Estado y le exigieron al gobierno que les entregara miles de millones de dólares de dinero público para salvarlos.
El fracaso de la "empresa privada" es la razón por la que todos los gobiernos de Europa se encuentran profundamente endeudados. Dicen que no hay dinero para escuelas, hospitales y jubilaciones, pero sí hay un montón de dinero para los banqueros.
En las últimas semanas, un dirigente de la oposición reveló un documento, escrito por los asesores económicos de la campaña de Capriles, con detalles sobre sus planes reales si llegara a ser elegido. El documento propone un plan de austeridad clásico, que plantea recortes en las jubilaciones, el gasto social, los programas sociales, la "apertura" de PDVSA y de otras empresas estatales a la inversión privada, etc. El plan es tan escandaloso que llevó a cuatro partidos más pequeños de la plataforma conjunta de la oposición, la Mesa de Unidad Democrática (MUD), a retirar su apoyo a Capriles y toda una serie de otras figuras de la oposición también se distanciaron de él.
Los trabajadores y los campesinos comprenden lo que está en juego. En cada giro decisivo se han unido para defender la revolución contra sus enemigos: los terratenientes, banqueros y capitalistas, y los imperialistas que están detrás de ellos. Ellos entienden que un voto a Chávez en estas elecciones es el voto en contra de volver a los viejos tiempos, cuando un puñado de oligarcas ricos decidían todo y la mayoría de los pobres no contaba para nada.
Pese a las afirmaciones de la oposición de que está ganando, Chávez está actualmente encabezando las encuestas. La encuesta de Datanálisis dio a Chávez una ventaja de 43,6 por ciento frente al 27,7 para Capriles. También mostró que el 62,4 por ciento de los votantes consideraba que el desempeño del presidente estaba por encima del promedio, mientras que sólo el 29,4 por ciento lo consideran deficiente. Estos datos pueden ser creídos, ya que el dueño de Datanálisis, Luis Vicente León, es bien conocido por ser un partidario de la oposición.

Capriles y el imperialismo de EEUU

Chávez es considerado el Enemigo Público Número Uno de Washington, que lo ve como el instigador principal de la oposición al imperialismo de EE.UU. en América Latina. Chávez condenó enérgicamente el golpe de Estado contra el presidente Fernando Lugo de Paraguay. Impulsado por sus amigos en el Departamento de Estado de EE.UU., Capriles criticó a Chávez por retirar a su embajador de Asunción y cortar el suministro de petróleo a Paraguay.
Capriles se compromete a restablecer las relaciones de amistad con los EE.UU.; es decir, hacer de Venezuela un socio servil de Washington, como lo fue en el pasado. Promete una revisión a fondo de los programas de ayuda y de las alianzas de Venezuela con el resto de América Latina. Eso significa una ruptura con Cuba, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, para complacer a sus "aliados" al norte del Río Grande.
Poco antes de dimitir como presidente del Banco Mundial en junio, Robert Zoellick, declaró que "los días de Chávez están contados" y, con la eliminación de los subsidios extranjeros de su gobierno, otras naciones como Cuba y Nicaragua "estarán en problemas". Zoellick ve una victoria de Capriles como "una oportunidad para hacer del hemisferio occidental el primer hemisferio democrático del mundo" en oposición a un "lugar de golpes de Estado, caudillos y cocaína".
Estas palabras expresan con precisión la actitud del imperialismo de EE.UU. hacia las elecciones del 7 de octubre, a las que ve como un acontecimiento decisivo. Si la oposición gana, significará retrasar el reloj a la situación anterior a 1998, cuando Venezuela era gobernada por los grandes monopolios norteamericanos. Pero si Chávez gana, será un duro golpe para la contrarrevolución, como Michael Penfold advierte en en Foreign Affairs: "Si Chávez gana en octubre, una gran mayoría del capital político de la oposición será reducido a polvo, y en muchos sentidos, será como volver a partir de cero. "
Es por eso que los imperialistas y sus agentes locales distinguen a Chávez con un tratamiento especial. Las expropiaciones, la reversión de las medidas económicas "neoliberales", la creación de una milicia popular, la negativa a doblar la rodilla ante las presiones de Washington, los ataques contra el capitalismo y el llamamiento a favor del socialismo - todo esto es una mezcla peligrosa y explosiva que actúa como un poderoso catalizador de las tendencias revolucionarias en América Latina.
Sin embargo, otro objetivo esbozado en la plataforma electoral de Chávez es la expansión del poder de los consejos comunales. Varios cientos de "comunas en construcción" van a participar en áreas tales como la distribución del gas y del agua. Chávez propone promover la creación de nuevas comunas que alcanzarían a representar el 68 por ciento de la población. Las comunas deben concederse las mismas prerrogativas que tienen los gobiernos estatales y municipales, incluyendo el presupuesto, la participación en la planificación estatal y, eventualmente, la recaudación de impuestos. Todas estas medidas representan un cercenamiento gradual del Estado en la vida económica.
Los imperialistas temen que una victoria de Chávez en octubre suponga una mayor profundización de cambio en Venezuela. Chávez ha dicho que el período 2013-2019 debe ver nuevas incursiones estatales en el comercio y el transporte, en detrimento de los intermediarios, a través de la creación de "centros de distribución locales para la venta y distribución directa de productos". Esta tendencia hacia nuevas expropiaciones puede llegar a amenazar la existencia misma del capitalismo en Venezuela.

La verdadera diferencia

La división entre los dos campos es la división entre dos clases antagónicas: por un lado, los millones de pobres, trabajadores y campesinos, pobres urbanos y capas inferiores de la clase media; por el otro, los grandes terratenientes, banqueros y capitalistas, y su acomodada y parásita clase media.
La verdadera diferencia se centra en la cuestión de la propiedad privada: la cuestión de la política económica y, en particular, las expropiaciones. La gran mayoría de los partidarios de Chávez está constituida por los estratos anteriores mencionados en primer lugar, que se mantienen firmemente a favor del socialismo, por la expropiación de los terratenientes y capitalistas.
La burocracia bolivariana ha tratado de diluir el programa socialista. Así, habla de una "economía mixta", en la que los monopolios y oligopolios se enfrentarán a la competencia de las empresas públicas. Esta es la vieja idea de una "tercera vía" entre el capitalismo y el socialismo, que el presidente Chávez ha descrito correctamente como una farsa.
No es posible hacer media revolución. En última instancia, una clase debe ganar y la otra clase debe perder. Las nacionalizaciones parciales no pueden funcionar porque no se puede planificar lo que no se controla, y es imposible controlar lo que no se posee. Una economía que sólo sea, parcialmente, propiedad del Estado no puede ser debidamente planificada.
Al mismo tiempo, todo intento de "regular" el capitalismo para tratar de mejorar la situación de las masas (a través de los controles de precios, controles de cambio de divisas, etc) impiden el normal funcionamiento de una economía de mercado, creando una situación caótica de inflación, fuga de capitales, caída de la inversión, cierre de fábricas, escasez artificialmente creada, acaparamiento y especulación con los alimentos básicos, torpeza burocrática y mala gestión. En otras palabras, se conseguirá el peor de todos los mundos.
El sector privado, que todavía controla una parte significativa de la economía, está en las manos de los enemigos de la Revolución. Los capitalistas están haciendo todo lo posible para sabotear la economía a través de una huelga de capital. Hay que expropiar la tierra, los bancos y las grandes empresas con el fin de poner fin a este sabotaje.
Pero Capriles se ha comprometido a poner fin a todas las expropiaciones. "Yo no voy a reñir con los empresarios ni con nadie más", dice.  ¡Naturalmente! ¿Cómo se puede reñir con la gente cuyos intereses representa, y a la que pertenece? Capriles mismo proviene de una familia adinerada de negocios con intereses múltiples (bienes raíces, industria, medios de comunicación). También es el ex alcalde del municipio de Baruta, una zona adinerada de Caracas.
Él promete crear tres millones de empleos durante su presidencia ¿Cómo podría lograr este milagro? Aliviando las restricciones o las condiciones a las inversiones extranjeras; es decir, entregando Venezuela en un plato a las mismas grandes compañías petroleras extranjeras que la saquearon en el pasado. No es casualidad que la alianza de partidos que apoya a Capriles, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), abogue por "flexibilizar" la legislación que asegura el control estatal sobre la industria petrolera "para promover la competencia y la participación privada en la industria".

La Revolución no ha terminado

Una victoria de Chávez estimulará el giro a la izquierda en América Latina en un momento en que el capitalismo está en una crisis profunda a nivel mundial. Esto socavará aún más la influencia de EE.UU. En unos momentos en que sus planes para Irak y Afganistán están en ruinas. En cambio, una derrota de Chávez sería retrasar el reloj a la Venezuela anterior a 1999. Sería un duro golpe para la izquierda en todas partes. Y dejaría completamente aislada a Cuba, proporcionando un poderoso impulso a los elementos pro-capitalistas en la isla.
La oposición ha tratado cruelmente de tomar ventaja de la enfermedad de Chávez antes de la campaña electoral. Destacaron la "fragilidad" de Chávez, en contraste con la supuesta buena salud juvenil y la energía de su oponente. Además, añaden, los chavistas no tienen a nadie que pueda ocupar su lugar. En esto tienen razón. Es una debilidad innegable del movimiento bolivariano y del PSUV que dependan tanto de un solo hombre.
Chávez ha ido más lejos que ningún otro líder de América Latina en desafiar al imperialismo y al capitalismo, y en volver a colocar el socialismo en el orden del día. Esto merece un reconocimiento. Pero existen profundas contradicciones dentro del movimiento bolivariano, donde no todo el mundo está a favor del socialismo ni en contra del capitalismo.
Cuando Chávez fue elegido por primera vez presidente en diciembre de 1998, él defendía más bien un vago programa que no mencionaba el socialismo. Pero la vida enseña. Sobre la base de la experiencia, él se ha pronunciado a favor del socialismo. Eso es un gran paso adelante. Sin embargo, todavía necesita ser llevado a la práctica. Es cierto que han habido algunos pasos hacia adelante: se han nacionalizado parcialmente algunos sectores clave como las telecomunicaciones, el cemento y el acero. En repetidas ocasiones Chávez ha atacado a la burguesía y a la oligarquía (que es lo mismo) y se ha mantenido firme frente al imperialismo de EE.UU..
Pero la falta de control obrero en las industrias pesadas estatales como el acero, ha dado lugar a muchas dificultades y conflictos laborales. Los trabajadores se resienten de la burocracia que está tratando de empujarlos a un lado y usurpar el control del movimiento bolivariano. Todos los intentos de los trabajadores para tomar la iniciativa e introducir elementos de control y gestión obrera, por ejemplo, en las industrias pesadas básicas de Guayana, con el apoyo del Presidente, se han encontrado con una fuerte resistencia y el sabotaje abierto por parte de la burocracia. Aprovechando la enfermedad del presidente, estos elementos están hablando abiertamente de "chavismo sin Chávez". Esto representa el mayor peligro para la Revolución.
Hoy, trece años después de la primera elección de Chávez aún no se ha alcanzado la victoria final. Mientras la tierra, los bancos y las grandes empresas sigan en manos de la oligarquía, la Revolución Bolivariana nunca estará a salvo. El profundo vínculo que existe entre Chávez y las masas venezolanas es un reflejo del hecho de que Chávez las despertó a la vida política y a la lucha.
La verdad es que un gran sector de la burocracia bolivariana nunca estuvo a favor del socialismo. Este sector ha estado conspirando constantemente para poner freno a las expropiaciones y a la revolución, y sobre todo evitar que los trabajadores tomen el control.
Le Monde Diplomatique reveló recientemente la actitud del ala derecha del movimiento bolivariano, que ha estado durante mucho tiempo soñando con un "chavismo sin Chávez":
"En una visita a Brasil en abril de 2010, se le preguntó [a Chávez] si dejaría que emergiera otro líder. "Yo no tengo un sucesor a la vista", respondió. Pero puede haber un cambio de pensamiento. El año pasado, Chávez le dijo a un ex asesor, el académico español Juan Carlos Monedero, quien había advertido sobre el peligro del "hiperliderazgo” en Venezuela: "Tengo que aprender a delegar más poder". Durante su tratamiento médico prolongado, varios altos dirigentes llenaron el vacío y emergieron como posibles sucesores: el canciller Nicolás Maduro (un ex dirigente sindical), quien encabezó la comisión que redactó la nueva Ley de Trabajo, el vicepresidente ejecutivo Elías Jaua (popular entre los chavistas de base); el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello (un ex teniente del ejército con un enfoque pragmático y un fuerte respaldo en las fuerzas armadas). En mayo, el crítico Monedero comentó que anteriormente "algunos de nosotros vimos las dificultades de continuar con este proceso" sin Chávez, pero que "ahora hemos perdido el miedo, porque veo decenas de personas que podrían continuar el proceso sin ningún problema."
Que haya "decenas de personas" a la espera de tomar el control del movimiento bolivariano en el momento en que Chávez abandone la escena, no lo dudamos. Pero los defensores del "chavismo sin Chávez" no tienen ningún deseo de "continuar el proceso" de la Revolución. Por el contrario, desean "continuar" el proceso de descarrilar la revolución bolivariana, de diluir su programa para que sea aceptable para la oligarquía, detener las expropiaciones y revertir todo el programa. En otras palabras, desean poner en práctica el programa de la Quinta Columna de la burguesía dentro del chavismo.
La clave para el éxito de la Revolución es que el control del movimiento esté en manos de la base, no de los burócratas y arribistas que han hecho tanto daño a la causa bolivariana. Son los trabajadores y campesinos quienes han sido la verdadera fuerza motriz de la revolución. Ellos y sólo ellos, deben tener el control. Las únicas personas que pueden conducir la revolución a la victoria son los obreros y campesinos.
  • · ¡Derrotemos a la contrarrevolución!
  • · ¡Expropiemos a la oligarquía!
  • · ¡El poder para los obreros y campesinos!
  • · ¡Llevar a cabo la revolución hasta el final!
Londres, 24 de septiembre
 


domingo, 15 de julio de 2012

Comentario a "Ha muerto Ávila TV".

Voy a reproducir aquí otro texto del 2011 que fue un comentario mío al artículo de Reinaldo Iturriza, "saber y poder: Ha muerto Ávila TV":

http://saberypoder.blogspot.com/2011/09/ha-muerto-avila-tv.html

Obviamente hay que ubicarse en ese contexto: leer el enlace y los comentarios.
He escrito más comentando en otros blogs que artículos en el mío, y esos comentarios son una expresión más de mis ideas, así que sigo trayéndolos aún si son extemporáneos (¿lo son realmente?) para recordarlos.
Franco Munini.


Comentario a "Ha muerto Ávila TV".

Este obituario duele como su preludio del 23 de diciembre de 2009,

http://saberypoder.blogspot.com/2009/12/avila-tv-tiene-mucho-que-decir.html

Repito que no pude conocer ÁvilaTV. La percibo como el tentáculo curioso e inquieto de un colectivo en plena, sana y justa exploración de la jungla comunicacional en la que reclamaba ubicar su espacio y su verbo. Uno o varios machetazos despiadados bastaron (parece) para castrar expresiones y percepciones autóctonas de ese sector de la capital hasta moldearlas al formato o la métrica del SNMP. O quizás peor: de algún neoburócrata aferrado al puesto y al dictado de alguno de los gurúes que deciden la campaña de relaciones públicas del gobierno - partido - estado, siempre, claro está, en la defensa rodilla en tierra de la revolución o alguna erre de esas que aún vagan errabundas por ahí.

Parte del colectivo avilateveño se ha expresado aquí. Las radiografías, las biopsias y los diagnósticos subjetivos en conjunto hablan de fricciones internas, de un malestar que parece aletear en pasillos infectos de morbo, chisme y envidias.Talentos. Estigmas.

Coño, ¡parece un ministerio! ¿Cómo pudo pasarnos ésto otra vez? ¿No bastaba la experiencia VTV - YVKE para alertar sobre la ortodoxia militante y su obsesiva profilaxia a lo alternativo? ¿No veíamos clarito que estos nuevos submesías sólo conocen la praxis adeca en política, y ante las dudas optarían por la seguridad del ostracismo?

Esta descarga va más allá de ÁvilaTV para abarcar todo el SNMP. Todos comprendemos la necesidad de la batalla mediática que justifica antiprogramas como La Hojilla, pero no podemos permitir que la vanguardia en la denuncia de nuestros errores y de nuestros corruptos la tenga la oposición. Si no se estimula la veta de la autocrítica constructiva en nuestros medios se está abonando el campo de la incredulidad o el escepticismo en nuestras propias filas. Es un error que no podemos permitirle ni siquiera al mismísimo magno. Es una responsabilidad que no podemos adosarle a Izarra, Vanessa o Blanca.

De igual manera, no podemos pretender que la diversidad cultural del municipio Libertador hable espontáneamente de su cotidianidad utilizando sólo el almidonado idioma militante y electoral del SNMP. Aún más: la inclusión no es tal si el sujeto a ser incluido no se expresa a sus anchas mientras se va generando el espacio y las condiciones apropiadas en el cuerpo incluyente. Es una relación necesariamente interactiva y recíproca.
¿Hay voluntad para la toma del poder popular? Entonces vamos a tomar los medios; según la Constitución son nuestros por derecho, pero de hecho no lo son.

Hace pocos meses se tocó nuevamente el tema del hiperliderazgo. Hugo llamó a VTV disculpándose con Juan Carlos Monedero por no haber seguido los consejos que se le hacían desde el Centro Internacional Miranda dos años antes. El revuelo duró poco: las circunstancias posteriores nos llevaron a la actual idolatría y expresiones de buenos augurios, dejando intacta la percepción del Chávez imprescindible sobre cuyos hombros descansa el futuro del país y sin cuya presencia la revolución se acaba. Y mira tú que el único chavismo que considero indispensable es aquel que logrará sobrevivir al líder que lo generó: no es el ser humano, sino sus ideas las que quiero ver perdurar en los tiempos. ¿Será que nuestros medios entienden lo que está en juego y asumen su rol?

Franco Munini.

sábado, 19 de mayo de 2012

¿Repolarizar?

 A principios de octubre 2010 se produjo un evento particular en el mundo de los blogueros locales: en un acto público Hugo Rafael hizo numerosas referencias a un artículo publicado por Reinaldo Iturriza en su blog "saber y poder" y lo invitó a seguir en la línea del análisis.
Me alegró ese reconocimiento público e inesperado al esfuerzo que hay tras las contribuciones, debates y propuestas que se hacen a través de los artículos y comentarios que escribimos en los blogs.
La respuesta de Reinaldo fue el artículo "Repolarizar", en su blog:
http://saberypoder.blogspot.com/2010/10/repolarizar.html
al cual hice el comentario que transcribo a continuación.  
 


¿Repolarizar? Bien, veamos: Hugo lee tu artículo el sábado, lo menciona el domingo, te entrevistan el lunes en VTV y a esta hora del jueves los comentarios eluden el abordaje del tema. Yo esperaba ver más público luego de esa propaganda. La lógica supone que este debate podría y debería ser seguido por el presidente, así que yo no me pelo ese boche.
 

He tratado de entrarle al asunto desde varios ángulos. La palabrita empieza con el prefijo "re" que suena a hacer algo que ya fue hecho; rehacerlo no porque necesitas más de uno sino porque por alguna razón lo ya hecho parece no funcionar bien para el propósito por el cual fue hecho.
Es el prefijo de reforma y de las 3Rs. Y el de retroceso. El de retirada. El de repetir. El de retornar. Hace antónimos progreso y regreso. No lo quiero así en evolución y revolución.


Inventar o errar. No podemos optar entre vencer o morir. Creación heroica. Tres voces, un rumbo común: avanzar sin descanso. Avanzar por dentro para hacernos dueños del futuro que vamos construyendo y desechar las estructuras usadas antes de que se conviertan en lastre.
 

El estado, los partidos, las ciudades, la escuela y la religión son fósiles de una era. Vivimos dentro de ese cadáver jerárquico momificado dándole aliento para que nuestra existencia parezca vida, mantenemos con nuestros esfuerzos el pulso de ese parásito colectivo que es el sistema y el hoy que tenemos.

Saltar a otra etapa es superar el miedo al cambio. Somos los únicos protagonistas de la nueva obra, los que quemamos los puentes al pasado sin temor a necesitarlo en el futuro en el que ese pasado sobra.


Aterrizando en lo práctico, lo que necesitamos es radicalizar los cambios para hacerlos irreversibles. El único chavismo real es - y no es broma - el chavismo sin Chávez. Es decir, aquel que sobrevive al recipiente corpóreo que lo produjo y trasciende como idea al futuro. 


La meta no es mitificar a un hombre, sino concentrar en su nombre las ideas y las acciones por las que será recordado, y resulta que Hugo ya tiene hoy el liderazgo y la orientación necesaria para que los cambios que promueva en Venezuela trasciendan las fronteras de tiempo y espacio.

Pretender que la estructura estatal de la cuarta sea vehículo de cambios revolucionarios es una temeraria imprudencia: ese aparato tiene como primera prioridad el asegurar su permanencia a costa de lo que sea.


Permitir que los citadinos puedan alimentarse sin conocer - no digo tocar - la tierra cultivada por los más útiles y menos reconocidos miembros de la sociedad asegura que la artificialidad precaria de la vida urbana siga siendo más importante que la soberanía aimentaria individual y colectiva.


Anhelar que un partido que parece diseñado por adecos pueda movilizar al hombre nuevo a defender "el proceso" ya demostró tres veces ser ineficaz. Ni himno ni patrullas bastan.


Esperar que una escuela diseñada para crear diferencias socio económicas produzca al venezolano que lea a Mészáros en sus ratos libres colide con la realidad de un sistema mundial que digitaliza y formatea la comunicación para convertirnos en ceros y unos.
 

Entregar el manejo de las dudas existenciales a un dogma cualquiera es una abdicación a la más pura manifestación de nuestra condición humana.

¿Qué tal suena el servicio agrícola obligatorio? ¿El diseño industrial con tecnologías e insumos artesanales propios para garantizar la soberanía? ¿La protección de los derechos mentales de los niños prohibiendo el bautismo y controlando la televisión hasta la mayoría de edad? ¿Los tribunales populares comunales? ¿Las asambleas de base? ¿La descongestión urbana? ¿La substitución y demolición masiva de viviendas precarias combinando mano de obra local y proyectos agroecourbanísticos de gran escala?
 

¿Qué tal si a ese elefante blanco que es Intevep lo obligamos a investigar sobre energías alternativas baratas y accesibles, y a las universidades sobre agricultura orgánica o la optimización de un vehículo totalmente hecho en Venezuela y libre de accesorios inútiles? ¿Cuánto tiempo más seguiremos basando nuestra economía en la venta de petróleo, un veneno planetario a través del cual importamos capitalismo? ¿Cuánto más grande necesita ser PDVSA antes de volver a atacarnos? ¿Cuánto sindicalismo tolera la CVG? ¿Cuántas organizaciones contrarias al proyecto de país son necesarias?
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Volviendo ahora al análisis de la palabrita esa llena de buenas intenciones y que requiere un manual de instrucciones para su traducción al lenguaje popular, en especial para "los jóvenes de los barrios que no manifiestan ningún interés por la política":
Lo relevante es que por tercera vez una porción significativa de la población dejó de acudir a defender la imagen que tiene del proceso. Parece que las estrategias del capital no sirven para vender la revolución. El partido no moviliza en las áreas que la exclusión ha segregado hacia la anarquía y la no pertenencia.
 

Chavismo no es sinónimo de pobreza: otros serían los números si así fuese. Chávez no es el líder automático de los barrios: satisfacer las necesidades inmediatas por medio de la servidumbre, la droga o la delincuencia construye por la fuerza y por la dinámica de la supervivencia otros liderazgos sin esperanzas en ese submundo de pobreza y exclusión tan necesario para el capitalismo.

Socavar las bases de un modus vivendi que ha probado ser eficaz para acceder al capital que fluye en las urbes tomará mucho tiempo, y más si el sistema sigue alimentando las condiciones que lo sostienen promoviendo los valores producidos por y para el capitalismo y el individualismo.
 

La exclusión deja marcas: los surcos labrados por las experiencias vivas del entorno inmediato siguen siendo los caminos más directos para sobrevivir en el aquí y ahora.
 

En este escenario, los discursos y las acciones deben ser sólidamente pragmáticas y serias. Las personas curtidas por la necesidad no pueden perder tiempo en farándulas electorales ni entregarse a defender un proyecto político si lo estiman caprichoso o coyuntural. Más aún: simplemente no ayudan a ningún aspirante a burócrata, es decir, un tipo diferente a ellos, un incluido, a conseguir cargo, sueldo y poder y a alejarse más de ellos.

Franco Munini.           muninifranco@gmail.com