Voy a reproducir aquí otro texto del 2011 que fue un comentario mío al artículo de Reinaldo Iturriza, "saber y poder: Ha muerto Ávila TV":
http://saberypoder.blogspot.com/2011/09/ha-muerto-avila-tv.html
Obviamente hay que ubicarse en ese contexto: leer el enlace y los comentarios.
He escrito más comentando en otros blogs que artículos en el mío, y esos comentarios son una expresión más de mis ideas, así que sigo trayéndolos aún si son extemporáneos (¿lo son realmente?) para recordarlos.
Franco Munini.
Comentario a "Ha muerto Ávila TV".
Este obituario duele como su preludio del 23 de diciembre de 2009,
http://saberypoder.blogspot.com/2009/12/avila-tv-tiene-mucho-que-decir.html
Repito
que no pude conocer ÁvilaTV. La percibo como el tentáculo curioso e
inquieto de un colectivo en plena, sana y justa exploración de la jungla
comunicacional en la que reclamaba ubicar su espacio y su verbo. Uno o
varios machetazos despiadados bastaron (parece) para castrar expresiones
y percepciones autóctonas de ese sector de la capital hasta moldearlas
al formato o la métrica del SNMP. O quizás peor: de algún neoburócrata
aferrado al puesto y al dictado de alguno de los gurúes que deciden la
campaña de relaciones públicas del gobierno - partido - estado, siempre,
claro está, en la defensa rodilla en tierra de la revolución o alguna
erre de esas que aún vagan errabundas por ahí.
Parte del colectivo
avilateveño se ha expresado aquí. Las radiografías, las biopsias y los
diagnósticos subjetivos en conjunto hablan de fricciones internas, de un
malestar que parece aletear en pasillos infectos de morbo, chisme y
envidias.Talentos. Estigmas.
Coño, ¡parece un ministerio! ¿Cómo pudo
pasarnos ésto otra vez? ¿No bastaba la experiencia VTV - YVKE para
alertar sobre la ortodoxia militante y su obsesiva profilaxia a lo
alternativo? ¿No veíamos clarito que estos nuevos submesías sólo conocen
la praxis adeca en política, y ante las dudas optarían por la seguridad
del ostracismo?
Esta descarga va más allá de ÁvilaTV para abarcar
todo el SNMP. Todos comprendemos la necesidad de la batalla mediática
que justifica antiprogramas como La Hojilla, pero no podemos permitir
que la vanguardia en la denuncia de nuestros errores y de nuestros
corruptos la tenga la oposición. Si no se estimula la veta de la
autocrítica constructiva en nuestros medios se está abonando el campo de
la incredulidad o el escepticismo en nuestras propias filas. Es un
error que no podemos permitirle ni siquiera al mismísimo magno. Es una
responsabilidad que no podemos adosarle a Izarra, Vanessa o Blanca.
De
igual manera, no podemos pretender que la diversidad cultural del
municipio Libertador hable espontáneamente de su cotidianidad utilizando
sólo el almidonado idioma militante y electoral del SNMP. Aún más: la
inclusión no es tal si el sujeto a ser incluido no se expresa a sus
anchas mientras se va generando el espacio y las condiciones apropiadas
en el cuerpo incluyente. Es una relación necesariamente interactiva y
recíproca.
¿Hay voluntad para la toma del poder popular? Entonces
vamos a tomar los medios; según la Constitución son nuestros por
derecho, pero de hecho no lo son.
Hace pocos meses se tocó nuevamente
el tema del hiperliderazgo. Hugo llamó a VTV disculpándose con Juan
Carlos Monedero por no haber seguido los consejos que se le hacían desde
el Centro Internacional Miranda dos años antes. El revuelo duró poco:
las circunstancias posteriores nos llevaron a la actual idolatría y
expresiones de buenos augurios, dejando intacta la percepción del Chávez
imprescindible sobre cuyos hombros descansa el futuro del país y sin
cuya presencia la revolución se acaba. Y mira tú que el único chavismo
que considero indispensable es aquel que logrará sobrevivir al líder que
lo generó: no es el ser humano, sino sus ideas las que quiero ver
perdurar en los tiempos. ¿Será que nuestros medios entienden lo que está
en juego y asumen su rol?
Franco Munini.
domingo, 15 de julio de 2012
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