jueves, 25 de diciembre de 2008
Chatarra.
Un catanare cargado de chatarra viene llegando por la ruta cósmica del tiempo. Como un autobús cumpliendo su horario, cada Navidad regresa este estúpido carnaval de consumo, adornos inútiles y sentimientos artificiales a dizque conmemorar el cumpleaños de Chuíto. Un símbolo de lo peor de la dinámica socioeconómica del capitalismo despliega y arma sus barracones de circo en el campo de la siquis colectiva; una avanzada del peor ejército mercenario penetra y se instala cómodamente en el territorio ya no soberano de nuestras conductas para hacer estragos de lo poco que nos queda de autóctono y originario. Las huestes de soldados de fortuna secuestran y violan nuestros infantes con nuestro permiso, sembrando en el vientre de sus tiernas mentes las ideas que en el futuro los harán sus cómplices en la predación de lo nuestro.
Los invasores levantan sus estandartes de pinos y bolitas, sus Santas barbudos y sus lazos de regalo; el aire retumba de las peanas de victoria de villancicos, gaitas y músicas navideñas mientras nuestras poblaciones son arreadas prisioneras a las mazmorras de los centros comerciales donde se transan las miserables ganancias de las horas-hombre sustraídas de sus vidas por bienes suntuarios e inútiles en la atmósfera surrealista del comercio.
En nuestro propio suelo, sin el menor reparo ante nuestra mirada atónita, los amigos del imperio invasor compiten en actos de sumisión y entreguismo. Desfilan con fervor los colaboracionistas, cada cual lidiando por prostrarse con más gracia y donosura en abyecta adoración de los símbolos del mercado que los ha privado de su esencia interior dejando en su lugar un corazón falso de hojalata.
Festones y guirnaldas por doquier, paisajes nevados con carrozas volantes arrastradas por renos, nuestro país deja de ser nuestro y se convierte en lo que en realidad es y seguirá siendo si no actuamos: un bastión más de la penetración cultural que precede a las invasiones reales. Las hamburguesas y los sannicolases llegan antes que las bombas, aplanan el terreno sicosocial para moldear nuestro pueblo a la aceptación e idolatría de los productos chatarra que vomita sobre nosotros la industria de lo artificial y accesorio a cambio de la renta petrolera, igual que otrora pasó con nuestro oro y piedras preciosas a cambio de espejos y vidrios coloreados.
Los vidrios coloreados vinieron acompañados de la ponzoña judeocristiana que reemplazó nuestra cosmogonía; nuestro pueblo rinde culto a la misma cruz en cuyo nombre se libraron las más horrendas guerras, y se prostra de hinojos ante sus purpurados parlanchines de feria buscando redimirse de pecados que nos son ajenos y de los cuales no somos culpables... pero he allí el sublime truco de la fe, el mismo que nos condenó al trabajo esclavo con la promesa de un nirvana después de esta vida, cuyos frutos entregamos como ofrenda al altar blasfemo e hipócrita que usurpa el legado del Cristo socialista que debería ser ejemplo de conducta de sus pastores.
La revolución de la que somos protagonistas debe tomar como suya la tarea de recuperar los espacios sicosociales ocupados durante cinco siglos por fuerzas alienígenas para las cuales somos, y así nos lo han hecho creer, seres inferiores. Hasta llegó a discutirse si teníamos o no algún componente espiritual (alma, le dicen por allí). Con amos de esa calaña ordenando nuestras vidas, muy poco será lo que podamos avanzar, ya que grava demasiado el lastre del sentimiento de inferioridad al momento de liberarnos de los yugos. Esclavos timoratos de la luz de la autodeterminación, ya lo hemos visto antes, se resisten a dejarse quitar las confortables cadenas de la mansedumbre; se hicieron adictos al látigo.
Librémonos del lastre intelectual. Fuera cruces, miquimauses, santas y supermanes. Para avanzar ligero, esta revolución debe sacudirse de encima esa chatarra.
Franco Munini.
sábado, 13 de diciembre de 2008
Enmienda y autonomía de las bases críticas.
Sobre la percepción de que la enmienda AUMENTA nuestros derechos, no hay duda: nadie debería impedirme votar cuantas veces quiera por un presidente. Más allá de eso, nos toca tratar de asegurar (porque no sabemos si de hecho ganará el "SÍ") que la enmienda sea aprobada, no tanto por la enmienda en sí, sino por el efecto catalizador estimulante o desanimador que ese resultado pueda producir sobre el entusiasmo de las bases populares en la lucha por su emancipación.
La piquiña que esa enmienda produce es que much@s creen que eso sólo favorece a Hugo Rafael Chávez Frías... cuando claramente es una opción que se abre también a l@s excelentes, brillantes y preclar@s candidat@s que la oposición y el mismo chavismo o escisiones de él puedan presentar.
Dicho de otra manera, quiero que sean los ciudadanos los que tengan la potestad de decidir si quieren que un presidente repita más de una vez, a través de sus votos, y que la Constitución no sea una barrera para ello. De todas formas la propuesta será sometida a referéndum, así que "esta tiranía" se someterá, una vez más, al voto popular. Por décimoquinta vez. Extraña tiranía, ¿verdad?, ésta, que recurre a la consulta ciudadana y al poder originario en vez de dejarse manejar por un puñado de legisladores partidocratas enflusaos.
Gracias a esa libertad es que se generan nuevos espacios autónomos de lucha antiimperialista y de empoderamiento popular. Chávez y el estado/partido, a pesar de las buenas intenciones, siguen siendo parte de la estructura de dominación al tratar de estatizar la dinámica de los movimientos populares; sin embargo, ya no hay más esa barrera represiva tan cara a la cuarta que antes impedía las manifestaciones independientes y alternativas de los procesos de emancipación y empoderamiento popular.
Esos procesos libertarios no se amoldan al PSUV por principios ni se dejan fagocitar por las estructuras formales o informales del estado, pero lo apoyan en cuanto les garantiza espacios de acción y soluciona algunos de los problemas del colectivo de base que de otra manera harían más difícil su avance. Son movimientos que rara vez hacen irrupción en el escenario público... por ahora; hay algunos indicios de que, a raiz de las presiones del estado formal infiltrado o infectado y su consecuente falta de incisividad en el combate a las estructuras reaccionarias, van a empezar a verse con más frecuencia acciones mucho más contundentes que las del Colectivo La Piedrita (saludos, compas). Y esto es algo que a la derecha le va a complicar seriamente los planes, ya que son acciones que Chávez podrá quizás condenar de boca, pero no de hecho.
Casos como las acciones del sicariato matando dirigentes sindicales y líderes campesinos, o el narcoparamilitarismo en los barrios o la judicialización y criminalización de los protagonistas de las tomas de tierra o la impunidad y falta de castigo a los criminales que fomentaron el paro petrolero y otras acciones desestabilizadoras, todos ellos auspiciados por las fuerzas reaccionarias desde adentro o desde afuera del estado formal no encuentran respuesta por parte de ese mismo estado boliburgués.
Esa bomba de tiempo no está dispuesta a ser utilizada por las fuerzas reaccionarias, sus enemigas naturales, ni por la demagogia captavotos de un partido: es un elemento de preocupación tanto para los dirigentes de oposición en los espacios conquistados el pasado 23N como para el "boliburguestado", que quisiera amansarlo y direccionarlo.
Esos polvos trajeron estos barros. La dinámica parece orientarse a una confrontación triple en la que sólo Chavez podrá mediar, y para ello deberá radicalizar la lucha contra los males endémicos de nuestra sociedad que nuestro nefasto sistema judicial sigue promoviendo.
Franco Munini.
viernes, 12 de diciembre de 2008
La ruleta.
No recuerdo que nos hayas pedido permiso, Hugo, ni que nos hayas consultado. De hecho, desconocemos qué mecanismo interno del partido te dá la potestad de tomar decisiones unilaterales sin por lo menos preguntar nuestras opiniones. ¿Era el momento adecuado?
¿Recuerdas que formamos batallones para debatir internamente los asuntos relacionados al partido? ¿Te suena aquello de “Todo el poder para el pueblo”? ¿Te suena eso de “Con Chávez manda el pueblo”? Nosotros aún creemos en esas consignas, Hugo.
Pero nada, ya lanzaste a rodar la bolita. Un solo artículo sobre el tapete. Una asamblea que no te pone obstáculos agota la segunda posibilidad de hacer cambios en la constitución, la misma asamblea que te empegostó con un viaje de artículos crípticos y sospechosos la propuesta del año pasado, haciéndola indigesta para los votantes menos convencidos.
Y sólo hay dos resultados posibles: ganar o perder. Por más que invoquemos a Ribas, por fuerte que sea este nuevo chantaje emocional al pueblo que votará para aprobar la enmienda, incluyéndome, no podemos olvidar que hace un año perdimos un referéndum.
Así que vamos a hacer un ejercicio útil: una proyección de escenarios posibles para el día 28 de febrero 2009, cuando ya tendremos a mano los resultados, para anticiparnos a las consecuencias de cada uno de los resultados posibles y como incorporar y adaptarnos a esas nuevas variables en el proyecto de desarrollo de país que nos hemos trazado. Estás invitado a participar, Hugo, ya que como presidente de la República Bolivariana de Venezuela y presidente del PSUV debes oír nuestras deliberaciones.
Supongamos, y ojalá que así sea, que ganamos como colectivo el derecho de reelegir a un presidente cuantas veces nos parezca conveniente. En este caso a tí... o algún otro; se rumora la especie que esta posibilidad es válida sólo porque nos permite reelegirte a tí, pero lo cierto es que si no ganas en el 2012 esa posibilidad se le abre a otro u otra, y ten en cuenta de que antes de eso hay la posibilidad de que la oposición convoque a un revocatorio que, de serte adverso, coloca a otra persona en Miraflores antes del 2012.
Pero sigamos con la hipótesis de nuestra victoria en febrero 2009. La oposición oscilará entre el desánimo y la hostilidad abierta, presentándonos al mundo como una dictadura vitalicia y aumentando la intensidad de sus ataques y actos de sabotaje contra la obra de gobierno, y debemos estar prevenidos para esa eventualidad fortaleciendo la defensa de la revolución por varias vías.
Sin embargo, me preocupa que esa victoria tenga un efecto adormecedor sobre los alcaldes y gobernadores recién electos, quienes la van a presentar como un logro de sus gestiones olvidando que hay otros frentes, más pertinentes a sus funciones, a los que deben dedicar sus esfuerzos para beneficio de la colectividad. No sólo son los votos que sus respectivas circunscripciones electorales aporten al triunfo de la enmienda los parámetros de gestión que interesan al colectivo, y habrá que recordárselo con frecuencia para que no lo esgriman como excusa de las posibles fallas de sus desempeños.
Un aspecto positivo que se puede esperar es el fortalecimiento de las instancias de base, desde los batallones del PSUV a las diversas estructuras del poder popular y comunal, a quienes se deberá esa posible victoria. ¿Empezará de una buena vez la horizontalización del estado, la optimización de sus partes menos eficientes, la eliminación de sus apéndices superfluos? ¿Se abrirá al fin un proceso de integración y apertura de ese bastión del imperialismo que anida en nuestra industria petrolera, ese caballo de Troya que mantiene a resguardo los privilegios de sus empleados repartiendo dádivas a las misiones? ¿Cambiará de una buena vez el discurso hostil hacia los ciudadanos que, sin ser golpistas ni oligarcas ni pitiyanquis, no comparten todavía, y en particular gracias a ese discurso hostil, la simpatía hacia el proceso?
Veremos. Mucho depende del empoderamiento de las bases y del surgimiento, desarrollo y fortalecimiento de los liderazgos locales, que en cualquier caso ven hoy limitadas sus aspiraciones por el axioma que le restriegas en la cara sobre la imprescindibilidad de tu liderazgo, Hugo, y el de los funcionarios con los que insistes en gobernar. Caldo de cultivo para recelos y conspiraciones internas indeseables.
Y ahora hablemos de la posibilidad que nadie se atreve a mencionar, como si no nos hubiese pasado antes: que se pierda el referéndum. ¿Cuál va a ser tu reacción, Hugo? ¿Cómo crees que va a impactar eso en el estado de ánimo del chavismo? ¿Seguirán aportando sus esfuerzos con el mismo entusiasmo las personas que de una manera u otra colaboran en la construcción del país que deseamos? ¿Tendrán el mismo peso que hoy las afirmaciones sobre tu popularidad? ¿Cómo reaccionarán las corrientes de oposición? ¿Cómo quedamos allá afuera, en boca de las trasnacionales de la desinformación, al regalarles ese premio?
Debe haber un plan para esa contingencia, Hugo. Y si no nos los presentas tú, lanzado como estás en una campaña en la que sólo tienen cabida los aplausos y las estimaciones optimistas, nos toca empezar a elaborarlo nosotros desde ya, por si acaso, con los pies bien puestos sobre la tierra.
Porque hay la posibilidad de que las reacciones de ambos lados sean viscerales, y la paz del país debe ser nuestro objetivo primordial, así que te recomiendo que compartas con nosotros tus planes, que espero los tengas, para esa contingencia. A corto, mediano y largo plazo.
La derrota de la enmienda puede también ser motor para una consolidación más autónoma de los movimientos populares y eventualmente de las bases del PSUV, que reclamarán con pleno derecho hacer llegar sus aspiraciones y proyectos a niveles de ejecución y acción sin la tutela y las barandas de la burocracia estatal o partidista. Esto no es malo, ya que es la maduración obvia de esos movimientos que no por ello dejan de ser leales al proceso progresista bolivariano; mantener la coherencia y la interacción efectiva de ese fervor de pueblo en emancipación requerirá de más que las arengas y cadenas televisivas de las presentes campañas. ¿Estás preparado a gerenciar un país que expresa desde sus entrañas, desde todas las regiones, maneras más variadas y propias de transitar hacia el Socialismo del siglo XXI? Eso ocurrirá en cualquier caso, y bienvenida esa diversidad que busca sus caminos antiimperialistas y libertarios gracias al estímulo que le has dado.
Te alerté en agosto 2007 sobre la posibilidad de que el referéndum del 2D pudiera representar, como de hecho lo fue, tu primer revés electoral. En esa ocasión señalé que ello no era necesariamente malo, dado que te obligaría a madurar y repensar tu estrategia política y comunicacional. Tú insististe con TU propuesta (sin consultar a las bases) y luego la Asamblea le agregó las suyas y las maquilló con seudoconsultas y parlamentarismo de calle que muy pocos percibieron como consultas populares, pues NO LO ERAN. Y para rematar no se permitió votar artículo por artículo, o por varios bloques de artículos interdependientes... y pasó lo que pasó.
Fue evidente que en ese momento no estabas preparado para uno de los dos únicos resultados posibles de un referéndum, y aunque tu discurso esa noche del 2 al 3 de diciembre de 2007 fue muy digno, a los pocos días descalificaste con palabras indelicadas ese evento electoral. Te recuerdo nuevamente que eres presidente de TODOS los venezolanos, y aún quienes NO votan por ti merecen tu respeto. Es su derecho. De hecho, muchos de ellos no votan por ti solamente por culpa de tu lenguaje. Te conviertes de esa manera en enemigo del chavismo, ya que nos restas votos... ¿no se te había ocurrido?
Así que, ahora que estás (con nosotros) en plena campaña, tómate el tiempo necesario para considerar sin derrotismo TODAS las alternativas. Y recomiendo a todos hacer ese mismo ejercicio: guerra avisada no mata soldado, y si lo mata es por descuidado. Planificar nuestras acciones y reacciones, prepararnos de antemano para cualquier eventualidad previsible es una buena manera de evitar sobresaltos innecesarios.
Desde luego, apoyaré la reforma, pues amplía MIS derechos como ciudadano. Y haré campaña por el “SÍ” en todos los espacios en los que interactúo porque creo que es justa.
Votaré por el “SÍ” con toda la esperanza de ganar y cruzando los dedos. Ojalá ganemos... o sepamos perder.
Como dicen los “croupiers” en los casinos: “Rien ne va plus”.
Franco Munini.
http://www.aporrea.org/actualidad/a68611.html
viernes, 5 de diciembre de 2008
Para la oreja, Hugo.
Hugo, ya pasó el mareo y la marea electoral. De nuevo el país se nos tiñó de rojo, y aunque en algunos estados, poquitos, la torta no vino completa con la guinda de la gobernación, tenemos una mayoría enorme de alcaldías. Si comprendemos que esas instancias más cercanas al pueblo son del PSUV, ello nos permite calificar al 23N como un triunfo rotundo: dependerá ahora de la participación activa el lograr que eso se convierta en más poder para el pueblo.
Pero ahora que hablamos de participación, nos toca hablar de la abstención. Diez años, Hugo, y todavía hay un cuarenta por ciento de la población que no se motiva. Ni pa'cá ni pa'llá. Eso es bien chimbo, camarada: la abstención fue muy alta en los sectores que más necesitan de la revolución, los sectores para los cuales se diseñó esta revolución.
Tú dirás: "Yo me fajé, les consta, me fui pa' todos los estados, hice discursos, hice cadenas, entregué obras a las comunidades, aquí los que me fallaron fueron los patrulleros que no hicieron su trabajo"... y tienes razón, pero no toda la razón.
Tú no puedes pedirle a la gente que vote por carajos ambíguos. Diosdado, por ejemplo. Yo no conozco los detalles, pero a mucha gente (me incluyo) ese tipo no nos cae bien. Dicen que tiene sus propios planes, que te tiene agarrado por las botas, qué se yo... pero tú, que no eres pendejo, debes haber oído algo al respecto y deberías haber hecho algo, porque los camaradas comprometidos como yo y los demás compatriotas que sabemos lo importante que es mantener territorio votamos disciplinadamente por él, pero otros no lo hicieron. Tampoco es que votaron por Radonsky, pero no se animaron a ser cómplices de otros cuatro años de Diosdado, así que por allí se nos fueron los votos que necesitábamos para montar a Aristóbulo en la Mayor, y esa sí que es una pérdida importante, igual que perdimos el chance de tener a Jesse trabajando duro acá en el municipio Sucre, tan abandonado por José Vicente Rangel hijo. Y no sabemos qué le pasó a Barrigueto, el desaparecido sin gloria.
Tampoco puedes ser tan ingenuo como para creer que a punta de consignas vas a lograr convencer a todos. La revolución no es solamente una huracán emocional que reafirma los valores más puros de la humanidad y de la hermandad. La revolución necesita abrirse caminos allá donde más falta hace que llegue: sin ir más lejos, en las vísceras del barrio, en los rincones oscuros en los que se refugian los excluidos, aquellos a quienes el sistema capitalista, de tanto castigarlos, les ha amputado su bién más preciado, la esperanza y la disposición a ser seres humanos con derechos.
Esos ciudadanos, Hugo, no han sido alcanzados por nada que les quite de encima el estigma de haber nacido o haber caído en la marginalidad, y necesitan, más que ningún otro grupo humano, de la luz que los aparte de la apatía, de la oscuridad de la ausencia de valores y de la urgencia de las necesidades básicas que sólo pueden satisfacer rebajándose al atraco, la mendicidad, la venta de drogas o la prostitución, que los apartan aún más de su legítimo derecho a ser ciudadanos que tienen voz Y VOTO.
Llegar hasta ellos, Hugo, es algo que no se logra con la televisión. Nos toca a nosotros, a todos los que sabemos que esa condición de vida subhumana es un peligro para la sociedad en su conjunto, el ir hasta ellos y hablarles cara a cara para darles la mano y la ayuda necesaria para reencontrarse con la esperanza. Algo que tratas de hacer con las misiones. Algo que deberíamos haber logrado tiempo atrás de haber coordinado en su momento la creación de los centros de formación ideológica. Algo que deberíamos haber tratado de solucionar si a los patrulleros, y antes a los que batallamos en la campaña de Santa Inés y en los demás eventos electorales se nos hubiese encomendado la tarea de ser algo más que proselitistas políticos, algo así como misioneros encargados de llevar la antorcha revolucionaria en una mano y el maletín de primeros auxilios sociales en la otra, levantando diagnósticos y detectando las condiciones que mantenían y mantienen a esos venezolanos sumidos en el abismo del olvido y la indiferencia.
Ahora que quieres aprovechar el empuje de esa marea que nos permitió ocupar tantos bastiones de lucha para nuestro proyecto de país y quieres canalizarla para asegurarnos el derecho a reelegir a un presidente cuantas veces nos plazca, te sugiero que vayamos a por esos votos potenciales, que nos harán mucha falta para compensar la merma que pueda producirse en lo que llamamos "voto duro" debido a las campañas de satanización de la derecha y los intereses ocultos de la fracción oportunista del PSUV... pero no podemos ir sólo a pedirles eso.
Aprovecha la ocasión para llevar el evangelio y los logros revolucionarios a los lugares que no lo han recibido. Dedica fondos a capilarizar la formación ideológica y la solución de los problemas de los excluidos.
No les puedes pedir que sólo vayan a votar para algo que a ojos de muchos sólo se puede interpretar como una manera de anclarte al poder. Tienes que asegurarles que hay más que eso, y una de las formas de hacerlo es la de proponer más artículos a ser enmendados.
Por ejemplo, la reducción de la jornada laboral, que abre más puestos de trabajo y ayuda a redistribuir los sueldos entre más trabajadores. Otro ejemplo, modificar el artículo 72 para que los referenda revocatorios sean automáticos a mitad del período, lo cual obligará a los funcionarios electos (diputados, gobernadores y alcaldes) a trabajar duro desde el principio para pasar con éxito ese examen parcial de desempeño sin la engorrosa recolección de firmas que se ha prestado a ser usada para discriminación política.
Hay otras más a escoger entre las 69 que se sometieron a consulta el 2D, pero eso sí: que se pueda votar artículo por artículo. No vayamos a cometer el mismo error que el año pasado ni a perder la oportunidad de aprobar aunque sea algunas de todas las enmiendas propuestas por meter todos los huevos en una sola cesta.
Tienes que reconocer que no siempre aciertas y que no sabes aceptar la crítica constructiva.
No arrastres a todo el tren ministerial a todas tus alocuciones: ellos necesitan ocupar su tiempo en desarrollar acciones concretas para materializar la revolución, no en aplaudirte. Al pobre le indigna ver a esos asalariados sentados escuchándote en vez de verlos trabajando con la debida autonomía en la solución de los problemas del colectivo. Igual que a muchos cuadros les desagrada que les digas que tú eres el único que garantiza la revolución, en contra de la idea de desarrollar en todos los frentes a los voceros del poder y del saber de ese colectivo que es el que finalmente debe ser el dueño de este proceso.
Recuerda que eres presidente de TODOS los venezolanos, aún de los que te adversan; a pesar de sus insultos, no puedes utilizar expresiones que los hagan sentirse desprotegidos y marginados del proceso. La revolución no sólo debe ser inclusiva, como en efecto lo es: debe también parecerlo.
http://www.aporrea.org/actualidad/a68203.html